jueves, 6 de octubre de 2016

Juventud, es aquí y es ahora


Es suficiente con leer la historia de la humanidad y constatar que los jóvenes siempre hemos tenido, de una u otra manera, gran parte gloriosa en las enormes enciclopedias que podemos encontrar en las bibliotecas o librerías. Hemos sido los jóvenes los que levantamos las banderas de la libertad, los que exigimos democracia y respeto a nuestra vida y no nos hemos detenido en el camino. 

La juventud siempre será la voz de la verdad, tal vez nos equivoquemos, pero siempre vamos a coincidir cuando algo tiene que cambiar en nuestro país o en el mundo; lo demostraron los jóvenes que se enfrentaron al zar Nicolás II de Rusia y luego rectificaron al revelarse contra el Estado totalitario de la Unión Soviética, no dejaron callar su voz cuando salieron masivamente a derrumbar el Muro de Berlín y a construir las revoluciones contra los regímenes comunistas de Europa del este, tampoco cuando salieron a las calles de toda Venezuela a reclamar sus derechos en el 2014, donde por cierto, fueron cruelmente reprimidos y torturados por las fuerzas de seguridad del Estado.

Somos los jóvenes el anhelo de los políticos, pues siempre será la juventud quien enfrente de cara a los poderosos, pero cuidado, la mayoría de las veces los políticos quieren que nosotros hagamos su trabajo y ellos colocarse la corona de la victoria; debemos ser responsables y observadores de quienes nos quieren dar ordenes, no podemos permitir que ningún oportunista utilice la fuerza de los jóvenes para lograr cambios que sólo beneficien a su élite, tal como lo hizo Chávez y lo continúa haciendo el partido de gobierno que, mintiendo y adoctrinando, ha engañado a toda una juventud que se identifica con los valores de la izquierda, pero es manipulada por un régimen plutócrata que sólo le interesa mantenerse en el poder por encima de los ideales de cientos de miles de venezolanos. 

Compañeros, conociendo la historia del mundo y de nuestro país, viendo con efusión las grandes hazañas de los libertadores, no podemos, ahora en pleno siglo XXI y ante un país que nos demanda determinación y gallardía, quedarnos esperando por un “mesías”, por alguien que un día nos diga palabras “bonitas” y mañana nos abandone por un cargo público. Esta juventud no puede desperdiciar sus días y echar las esperanzas a la basura, ¿sería justo que en el futuro nuestros hijos nos pregunten qué hicimos por Venezuela en tiempos difíciles y que nuestra respuesta sea “nada”? ¿Sería justo vernos al espejo y observar a simples seres que prefirieron migajas antes que todo? ¡Yo creo que no! Y estoy convencido de que las batallas se libran cuando queremos nadar contra la corriente e intentar detener las agujas del reloj, cuando nos dicen que no, pero nosotros decimos que sí, cuando nos dicen que no es nuestro tiempo, pero nosotros demostramos que lo es. La juventud es un estado del alma, pero también de la mente, no permitamos que lo superfluo conquiste nuestras ideas y nos subyugue al efímero mundo del momento.

Por: Carlos Guerrero / @SrVenezolano.

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