martes, 19 de abril de 2016

País sin mesías


Mi concepto de política desde que tengo uso de razón siempre ha estado guiado a la actividad y lucha individual de cada ser, puesto que considero que somos animales políticos en nuestra sociedad y que con cada actuación, crítica u opinión nos inmiscuimos -queriendo o no- en el extenso campo de la discusión política que siempre nos lleva a una posición. Venezuela vive momentos terribles, como nunca en nuestra historia republicana; el país se encuentra polarizado en niveles increíbles, la crisis crece y se extiende todos los días y en todas las áreas y a consecuencia de esto, han surgido ciertos personajes que ya estaban en la política, pero han salido a la esfera pública como supuestos “salvadores del país”, en el caso de Miguel Rodríguez Torres, que luego de comandar la brutal represión del 2014 contra los estudiantes, hoy quiere ser “la tercera vía” venezolana. Éstos líderes políticos son apoyados por masas enteras que se encuentran desesperadas y no saben qué hacer para solucionar la crisis, y el desespero los ha llevado a la mala decisión de depender y querer tener su propio “Chávez”, un tipo que “hable bonito”, que insulte y grite, que gesticule y encienda la furia y que por supuesto sea populista. Los venezolanos que apoyan y defienden a ése tipo de líderes, están cometiendo un grave error, puesto que cada día se parecen más a sus adversarios, cada día dependen de un mesías así como ese triste 15% que apoya a Maduro.