martes, 18 de octubre de 2016

El ocaso de la revolución


El Chavismo ha asesinado su propia revolución hundiendo a Venezuela en el hambre y la extrema miseria

Una cantidad valorable de ideas han acabado en un vertedero de la historia de la humanidad, donde ni las mismísimas ratas se atreven a acercarse para husmear y ver qué “salvar”. Puedo asegurar con toda la responsabilidad que el ínfimo “Socialismo del siglo XXI” ha tocado fondo y, sin consideración alguna, ha arrastrado consigo a Venezuela para terminar de subyugarla, maltratarla, saquearla y recordarle a diario que los errores en revolución, se pagan caros. 

En Venezuela la situación va más allá de la manera en cómo el régimen manejó a un país tan importante en el tema energético y económico que en otrora intentó ser potencia, pues la idea de una “revolución socialista” es la que ha sumido a toda una nación petrolera -y sin ningún plan de superar el rentismo- de ésta gran catástrofe que inició Hugo Chávez y le explotó en el rostro a un inepto como Maduro que, mal aconsejado y sin ningún tipo de proyecto, está terminando de hundir al país, pero además, colocándole la lapida a esta mal llamada “revolución” que en sus mejores tiempos sólo logró llenarle los bolsillos a estos truhanes que nos desgobiernan.

El ocaso de la “revolución” de Chávez es observado con un inquietante asombro por los movimientos sociales que amaban y vitoreaban cada discurso electrizante de un hombre al que no le importó ni un poco lo que estaba dejándole a las futuras generaciones de su país. Este gran ocaso será en el futuro documentando y llevado a las grandes pantallas como el peor de los experimentos que se ha podido realizar en el planeta Tierra con la bandera del Socialismo; si Marx viviese, seguramente se hubiese suicidado, pero antes, echado a la hoguera a “El Capital”. 

En este sentido, los ciudadanos podemos comprender que a estas ideas de “revoluciones salvadoras” su motor se les ocluye cuando se acaba el dinero que, con un particular desdén, roban a las arcas del Estado que antes juraban “preservar para el bienestar del pueblo”. Todo una cadena de hipocresía que en Venezuela se vive y se siente con indignación cuando vemos que los hijos de los jerarcas del régimen no van a un CDI o Barrio Adentro o cuando no estudian en las universidades creadas con el fin de adoctrinar, sino que los envían a las grandes urbes de Europa para que vivan como pequeños burgueses, esos a los que prometieron encarcelar por representar al pasado. 

Es indetenible el ocaso de esta “revolución”, tal vez las circunstancias que están llevando al régimen a ser tan despreciado por la mayoría de los venezolanos no fueron vaticinadas por nadie dentro de esa cúpula que, al principio, actuaba con soberbia y confianza pero que ahora, con un país desmembrado y casi reducido a un protoestado, no les importa quemar la Constitución para que el pueblo se abstenga a expresarse democrática y libremente. Muy equivocado ha sido el camino que ha decidido andar el régimen; espero que su destino no sea como el de Mussolini que fue arrastrado por las calles de Italia en el ocaso de su “revolución”. 

Por: Carlos Guerrero / @SrVenezolano.

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