Venezuela es un país de cifras rojas, todos los días una cifra se vuelve más roja de lo normal y la crisis se agudiza mientras que el régimen juega a "los economistas", juegan con el hambre, con el dolor y con la tranquilidad de los venezolanos hartos de hacer colas kilométricas por productos regulados que casi nunca se consiguen gracias a las erradas políticas económicas de Chávez y Maduro, que hoy posicionan a Venezuela como uno de los países con más atraso en su economía, ya que desde 2014 ha venido cayendo de manera impetuosa. Ante tanto desastre e ignorancia para resolver la situación por la que atraviesa Venezuela, Maduro y todo su combo de corruptos han ideado un plan de "salvación ante la guerra económica", se han creado 14 motores que van desde la Minería hasta la Pesca; motores que aún no encienden y seguramente nunca lo harán, el régimen no tiene voluntad, no tiene carácter y sólo le importa llenarse sus bolsillos. Los motores se fundieron, tal como diría el Presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup.
Venezuela es el único país del mundo, después de Zimbabue, con inflación de tres dígitos (y registros mensuales del 15%); con una escasez de medicamentos que va por un 90%, según la Federación Médica Venezolana, y con un desabastecimiento de grandes proporciones en el área de alimentos y de productos de higiene personal. Es hoy día Venezuela un país en tinieblas, mientras Maduro sigue jugando a encender los motores, el 73% de los hogares venezolanos han caído por debajo de la línea de pobreza, según la encuesta de condiciones de vida de ENCOVI y, por si fuera poco, los ingresos familiares sólo permiten adquirir el 16,2% de los alimentos básicos; se ha demostrado que los Motores de Maduro lo único que hacen es producir más y más pobreza, mientras el descontento contra el régimen va en aumento.
Según analistas en el área económica, el 2016 será el peor año de toda la historia de Venezuela; la crisis humanitaria por alimentos y medicinas sigue creciendo y seguirá en aumento, según el mismo Maduro quien dijo que los años 2017 y 2018 serán de crisis, palabras que contradicen al mismo Ministro Pérez Abad, quien ha dicho que "en el segundo semestre de este año, las cosas irán mejorando". La ong CEDICE, ha afirmado en distintos reportes que Venezuela vive una economía de escasez, al estilo de los Estados socialistas de Europa del Este, los cuales cayeron a manos del descontento popular por los anaqueles vacíos y falta de derechos humanos. Ha dicho Fedenaga, siguiendo con el tema de alimentos, que Maduro trata de obviar con cualquier invención que le llega a la cabeza, que los niveles de consumo de proteína animal por parte del venezolano ha descendido a niveles preocupantes. De 24kg de carne bovina por persona y por año que consumían en 2012, se pasó a 12.0kg en el 2015, y de acuerdo a lo reportado para el primer trimestre, se proyecta que en el 2016 el consumo caerá a 9,0kg por persona; es sin duda una crisis humanitaria inmensa, y que los Motores que se impulsan desde la cúpula de poder, no podrán resolver la situación tan deplorable que hoy vivimos. Así como los alimentos, en el tema de medicamentos la crisis no pasa desapercibida, según Codevida, el régimen de Maduro adeuda $6.000 mil millones al sector farmacéutico y no hay voluntad para solventar y ayudar a los que sufren de enfermedades que necesitan ser atendidas de inmediato y a los ciudadanos que mueren en las emergencias de hospitales y clínicas por falta de alguna medicina, puesto que el régimen no ha logrado activar organismos que no sean comidos por la corrupción que es la bandera de éste desgobierno. Ahora, es momento de que Maduro se dé cuenta que el hambre abunda en Venezuela, la muerte es el pan de cada día y la indignación crece. Apostar por la represión, como el régimen ha optado, simplemente va a agudizar la crisis y va a apresurar su caída; Venezuela necesita un cambio, necesita que se coloquen a trabajar porque la hambruna ya ha abierto la puerta y los Motores continúan sin encender.
Por: Carlos Guerrero / @SrVenezolano.
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