miércoles, 21 de octubre de 2015

Anatomía de un maniquí


Todos sabemos qué es un maniquí, por lo menos, alguna vez hemos visto uno en los grandes o pequeños escaparates de las tiendas de ropa de los centros comerciales de nuestra ciudad, sabemos cual es su función y cómo actúa ante el mundo; tieso, descolorido, con su ceño fruncido, sin corazón, muchas veces sin ojos o boca determinada y obviamente sin cerebro. Sin cerebro es justamente como son los maniquies, tanto de plástico como de carne y hueso en la sociedad contemporánea. Caminando, yendo de un lado a otro, hablando, luciendo sus grandes prendas y lujos, tratando de ser felices y riendo para aparentar satisfacción; es lo que diferencia a un maniquí de plástico a uno de piel, que solamente por su anatomía llamamos "humano". Que agradable es salir a la calle y darte cuenta cuando estas dialogando u observando a una persona real, que no es un maniquí de la sociedad, que no esta sujeto a la moda o a la lucha de posiciones sociales, que sabe lo que quiere, que sabe lo que dice, y aún mejor, que sabe lo que piensa.

En éstos tiempos convulsos, donde el dinero, la moda, la tecnología mal usada y todo el tema del "desarrollo", ha afectado a tantas personas, especialmente a las nuevas generaciones, es sumamente lamentable tener que toparse con cada maniquí que junto a otros más, van formando parte de la humanidad que tanto daño le hace al mundo por sus absurdos pensares. Cuando usted se encuentra con una persona que solamente ama su dinero y sus propiedades, sepa, que usted esta frente a un maniquí, usted está siendo testigo de como una persona se ha dejado convertir en una escultura aburrida y retorcida, que solamente necesita dinero para ser feliz, que no tiene ideas, que no tiene pensamientos, que está subyugado a un "qué dirán" o que necesita aumentar su fortuna para por fin poder "sentir" como sus ambiciones se congratulan. No es que es mal estar bien, no es que es malo vivir bien, querer tener un buen empleo y un buen hogar; lo malo está en querer presumir de todo, querer humillar a otros y al final quedarte en la peor pobreza que existe: La humana.

El ser humano necesita solamente una cosa para ser feliz, una sola cosa para poder sonreír, un solo lujo; ése es el amor, el amor a la humanidad, el amor a uno mismo, el amor a los otros, el amor a lo que uno hace porque ama, el amor a lo que estás dispuesto a hacer para ser feliz. Sin más remedio, es el amor lo que hará surgir las ideas y los pensmaientos en los maniquies, es lo que hará cambiar el mundo, pero actualmente, estamos ocupados para prestarle atención a nuestra salvación. 

No sea un maniquí, sea una persona.

Por: Carlos Guerrero / @SrVenezolano.


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