Para expresar lo que sentimos como seres humanos, como personas que formamos parte de esta sociedad debemos expresarlo, gritarlo, decirlo, pero lo más importante de todo es demostrarlo, sino demostramos todo lo que decimos creer o pensar sería una acción vaga más de las tantas que hoy abundan en el mundo; es por ello que hoy le dedico estas palabras a todos aquellos jóvenes que han caído por su país, a todos aquellos que soñamos por una mejor Venezuela y no nos cansamos porque creemos en las ideas y no en la violencia y porque soñar no es traición.
Mi conspiración es luchar por tener un mejor país.
Mi conspiración es día a día contra la mentira.
Mi conspiración es la batalla contra la ignorancia.
Mi conspiración es la resistencia de ideas.
Mi conspiración es estudiar, leer, demostrar lo que siento.
Mi conspiración es amar a pesar del odio.
Mi conspiración es soñar el mejor país.
Mi conspiración es alcanzar lo inalcanzable.
Mi conspiración es contra el viento que se lleva los sueños.
Mi conspiración es decir lo que otros no quieren escuchar.
Mi conspiración es esa de querer salir a las calles sin ser asesinado.
Mi conspiración es querer detener la violencia, el odio, el resentimiento.
Mi conspiración es poder ver a los niños sonriendo en los parques.
Mi conspiración es querer ver a los obreros y campesinos unidos.
Mi conspiración es querer libertad y por encima de todo respeto.
Mi conspiración es que la indiferencia muera ante la realidad.
Mi conspiración es que mis palabras no mueran aunque ya no respire.
Y aunque mi conspiración sea una utopía, yo conspiro por mis sueños que jamas dejaré de tener en mí, porque conspirar por mi verdad no puede ser un delito, porque conspirar por libertad no puede ser un crimen, porque querer democracia no puede ser de castigo. Esa es mi conspiración, la conspiración de sentimientos.
Por: Carlos Guerrero / @SrVenezolano.
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